En la terapia individual trabajamos aquello por lo cual has acudido a terapia, así como las necesidades que vayan surgiendo. En las primeras sesiones exploramos y atendemos el problema desde una mirada amplia,  teniendo en cuenta lo que te ocurre en su conjunto. Generalmente trabajamos sobre el emergente, esto es, sobre los asuntos que traes a terapia en cada sesión. Poco a poco, y en la medida en la que aumenta la confianza y el vínculo terapéutico se fortalece, podremos profundizar en zonas más conflictivas, y esto permitirá que avances hacia estados más saludables.

En la terapia individual las sesiones las realizamos semanalmente, dado que es importante que haya una presencia continua de la terapia en tu vida. La duración final de la terapia va a depender del motivo por el cual hayas acudido a consulta. Esto es, si lo que quieres es solucionar un asunto concreto, una vez que sientas que éste está resuelto terminamos la terapia.  Otras veces, en cambio, necesitas hacer una transformación más profunda en tu vida y esto supone un proceso terapéutico más largo.

 

¿Cuándo es buen momento para solicitar ayuda terapéutica?
  • En situaciones de fuerte estrés, ansiedad o angustia
  • Cuando necesites acompañamiento para superar un duelo, una separación, enfermedad, u otro tipo de pérdida
  • Ante problemas de adicción, fobias u obsesiones
  • Si te sientes deprimida/o, la vida ha perdido sentido y no encuentras motivación alguna
  • Si tienes problemas emocionales y/o de relación
  • Si tu forma de pensar, actuar o sentir te resulta problemática
  • Ante problemas de alimentación
  • Si estás en una crisi existencial, de pareja, familiar o laboral

 

En definitiva, en todas aquellas situaciones en las que sientas que necesitas ayuda para poder avanzar en tu vida.